‘Neo es el elegido. Él
será capaz de liberar a la humanidad de la esclavitud a la que han sometido las
máquinas.’
No cabe duda de que Matrix es una de las mejores películas
que hayan podido pasar por la gran pantalla en los últimos 10 años. No solo por
su aspecto de ciencia-ficción, sus efectos especiales punteros, sus escenas de
acción, o sus combates de ‘jiujitsu’ (así es como se llama el arte marcial que
predomina en las constantes peleas de la película), sino por su otro aspecto,
aunque menos notable, de veracidad en lo que se muestra durante la película.
Si nos fijamos, el entorno virtual en el que viven los
personajes no es sino fruto del arte de la programación (un tanto llevado hacia
el extremo, pero así nos entendemos). Todo está programado; un claro ejemplo de
ello se aprecia en esta crítica de un internauta (dejo aquí el link http://www.filmaffinity.com/es/review/40990358.html
).
Mi reflexión sobre esta película nos lleva hasta el final de
la misma, al final de la saga, concretamente. La última película de Matrix,
‘The Matrix Revolution’, desvela el final, el tan esperado final, la gran
batalla entre el agente Smith y Neo. El agente Smith es una figura que aparece
a lo largo de toda la saga, y por llamarlo de una manera, es un ‘virus’ del
programa, del entorno virtual que representa Matrix. Seguro que más de uno
seguirá con la incógnita del porqué de la muerte del gran virus (o del agente
Smith). Voy a tratar de explicarlo mediante una analogía.
Todos sabemos qué es una afirmación y una negación. Pero,
¿realmente qué es una afirmación sin existir la correspondiente negación? La
respuesta es simple: nada. Una existe si la otra también lo hace. Ahora bien,
si por alguna razón, una de las dos opciones (afirmación o negación) ‘convence’
a la otra, ya sea a la fuerza o no, esta otra deja de existir. Entonces, la que
ha quedado no tiene sentido por sí misma si su opuesta no existe, luego pasa a
no existir. Dicho de un modo más sencillo : el ‘sí’ versus el ‘no’. Si
desaparece el ‘no’, todo es ‘sí’, y si todo resulta ser positivo, la propiedad
de la elección desaparece, por lo que todo se hace de un mismo modo.
Eso es lo que pasa, dicho de un modo sencillo, cuando el
agente Smith consigue ‘convertir’ a Neo en uno de ellos. Nada más hacerlo, se
da cuenta de que se ha autodestruido.
Como conclusión, la saga de Matrix es muy recomendable por
un amplio abanico de razones. Si te gustan las artes marciales combinadas con
un tanto de ‘fantasmadas’, te la recomiendo. Si te atrae el mundo de la
programación, te la recomiendo. Si te gusta tomar riesgos como el que toma Neo
al elegir la pastilla roja en la primera película, te la recomiendo. En definitiva, si te gusta la acción y el
buen cine de ciencia ficción, te la recomiendo.
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